Vacunas para alergias ¿funcionan?
¿Qué son las vacunas de la alergia?
Las vacunas de la alergia se llaman también vacunas hiposensibilizantes o desensibilizantes. Son parte del tratamiento etiológico, el tratamiento de la causa, de las enfermedades alérgicas. Se utilizan en algunas personas que tienen alergia frente a sustancias ambientales que se respiran, y también frente a venenos de abejas o de avispas.
Consisten en administrar al paciente que tiene una alergia pequeñas cantidades del alergeno, de la sustancia precisa a la que tiene alergia. Estas cantidades se van aumentando lentamente, hasta llegar a una dosis máxima que se mantiene durante todo el tiempo que dura el tratamiento.
¿Qué efectos tienen las vacunas de la alergia?
Las vacunas modifican los mecanismos de defensa del paciente. Las reacciones alérgicas se deben a mecanismos de defensa del organismo frente a sustancias externas que penetran en el cuerpo. En los alérgicos estos mecanismos de defensa se hacen perjudiciales, y provocan síntomas en el paciente.
Las personas sin alergia tienen mecanismos de defensa que no causan daños propios. Las vacunas de la alergia modifican los mecanismos de defensa del paciente para que se hagan inofensivos para el propio cuerpo, igual que los de las personas que nunca han tenido alergia.
¿En quiénes se usan las vacunas de la alergia?
Las usan personas con alergia frente a alguna sustancia que esté provocando síntomas de cierta intensidad, o síntomas que van en aumento. Se recomienda evitar la sustancia causante, pero esa evitación puede ser difícil, o insuficiente, o imposible, y los síntomas permanecen.
En estos casos se usa tratamiento preventivo con medicamentos, pero también su efecto puede ser incompleto, o la perspectiva que ofrecen es la de estar tomando medicación indefinidamente, prácticamente de por vida, medicación que además puede tener efectos secundarios indeseables.
La alternativa a todo esto puede ser la utilización de las vacunas de la alergia, con el fin de disminuir los síntomas, disminuir el tratamiento preventivo, y disminuir las normas de evitación. En los pacientes en quienes las vacunas logran el efecto completo, esa disminución es total, hasta niveles de cero.
Vacunas para la alergia
¿Para qué enfermedades se usan las vacunas de la alergia?
Se usan para las personas alérgicas que tienen asma, rinitis, conjuntivitis, alergia a picaduras de abeja o avispa, o alergia a látex. No se usan para alergia a alimentos, medicamentos, dermatitis atópica, dermatitis de contacto o urticaria-edema, aunque se están investigando vacunas para alergia a algún alimento.
Si alguna persona tiene alguna enfermedad del primer grupo y también del segundo puede recibir vacunas, pero pensando que la indicación es para los síntomas del primero, y que los síntomas del segundo puede que no respondan al tratamiento.
¿Para qué alergias se usan las vacunas?
Se usan para alergenos ambientales que se respiran. Entre estos se incluyen ácaros del polvo, hongos, pólenes, epitelios de animales, látex, y algunos alergenos propios de algunas profesiones. También existen vacunas frente al veneno de abejas y avispas.
No existen vacunas para todas las sustancias ambientales que pueden causar alergia, y de las vacunas que existen algunas están más desarrolladas y perfeccionadas, mientras que de otras se tiene poca experiencia.
¿Cuándo se usan las vacunas de la alergia?
Las vacunas tienen mejor efecto cuanto más precozmente se usen. Esto no quiere decir ni que haya que usarlas desde el primer momento que se diagnostica una alergia ni tampoco que haya que esperar mucho tiempo.
Según los datos de los pacientes, en algunos está claro que se deben usar desde el momento que se identifica la alergia. En otros pacientes los datos son más indefinidos y se puede esperar para valorar la evolución, y ver si se necesitan las vacunas más adelante o si no será necesario usarlas.
Pero si las vacunas se inician demasiado tarde, cuando los síntomas están muy avanzados, puede ser que los efectos no sean suficientes para detener el curso de la enfermedad.
¿A qué edad se pueden usar las vacunas?
Se pueden usar a cualquier edad, pero se usan poco en menores de 3 años. Niños por debajo de esta edad pueden recibir vacunas si los síntomas lo justifican, aunque en general se tiende a esperar para ver la evolución de la enfermedad con otros tratamientos.
¿Cuándo se notan los efectos de las vacunas?
Las vacunas van haciendo efecto lentamente. En general sus primeros efectos han de notarse después de llevar 6 a 12 meses de tratamiento. Los efectos han de ir en aumento después, y alcanzar el máximo tras los 2-3 primeros años.
¿Cómo se notan los efectos de la vacuna?
Se nota que con el paso de los meses se tienen síntomas menos frecuentes, menos intensos y menos duraderos. También se nota que se necesita menos medicación de rescate, y que para el mismo nivel de síntomas se necesita menos medicación preventiva. Por último se nota que se tolera más cantidad del alergeno causante sin que aparezcan síntomas. En los casos de mayor eficacia, la tolerancia al alergeno es total, la medicación preventiva se retira por completo, no se nota ningún síntoma y no se necesita nada de medicación de rescate.
También pueden observarse mejoría en los datos de análisis y pruebas de función pulmonar, aunque estos hallazgos no son constantes. Puede haber personas sin cambios en pruebas y análisis aunque los síntomas, que es lo más importante, hayan desaparecido.
¿Cuánto duran los efectos de las vacunas cuando se terminan?
Una vez completado el tratamiento los efectos de las vacunas duran años, idealmente toda la vida. Algunos pacientes, no obstante, pueden volver a tener síntomas al cabo de varios años; se debe averiguar si los síntomas se deben a la alergia inicial o a algún alergeno diferente del que se usó en la vacuna. No hay inconveniente en volverse a vacunar si se considera necesario, tanto frente al alergeno inicial como frente a otro diferente.
¿Son compatibles las vacunas con otros tratamientos?
Las vacunas son compatibles con prácticamente cualquier tratamiento. De hecho, como son lentas en actuar, al principio el paciente debe tomar un tratamiento preventivo continuo, y un tratamiento de rescate cuando lo necesite. También son compatibles con los tratamientos para las enfermedades más frecuentes, como antibióticos, antitérmicos, antiinflamatorios, vacunas antiinfecciosas, etc.
¿Tienen contraindicaciones las vacunas de la alergia?
Existen pocas contraindicaciones. Las más importantes son el tener alguna otra enfermedad grave, como tumores, infecciones graves, alteraciones psiquiátricas, o enfermedades cardiacas.
¿Cuál es la composición de las vacunas de la alergia?
La composición es individual para cada paciente. La determina el especialista teniendo en cuenta todos los datos de historial y de análisis y pruebas.
Las vacunas anti-infecciosas, para el sarampión, la hepatitis, el tétanos, etc., son iguales para todas las personas, pero las vacunas de la alergia están individualizadas, y sólo las debe usar el paciente concreto, no las deben usar otras personas.
¿Cómo se administran las vacunas de la alergia?
Se usan de dos maneras, inyectadas y por vía sublingual. Las inyectadas en el brazo, por vía subcutánea, que se vienen usando desde el año 1911. Las sublinguales, con gotas que se ponen debajo de la lengua para que se absorban allí, son más recientes y se usan desde los años ochenta.
Tanto unas como otras se administran comenzando por una dosis pequeña, que luego se va aumentando, hasta llegar a la dosis máxima. Esa dosis máxima se mantiene durante varios años.
¿Dónde se administran las vacunas de la alergia?
Las pinchadas se deben administrar en un centro sanitario, bien de Atención Primaria, o en la consulta del especialista. La mayoría de las vacunas rápidas se administran en la consulta del especialista. Las debe administrar personal cualificado y experimentado.
Las sublinguales las toman los pacientes en su casa.
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento con las vacunas de la alergia?
Se usan hasta que el especialista le indique expresamente que las interrumpa. El tiempo mínimo suele ser tres años, y el tiempo más habitual es de cinco años.
Es importante saber el tiempo de duración. Pueden producirse confusiones, y hay pacientes que se administran únicamente la primera caja y luego interrumpen la vacunación pensando que ya han completado el tratamiento. Si le han recomendado vacunas, debe hacerse la idea de que el tiempo mínimo será tres años; cuando se acabe una caja hay que pedir otra de continuación; cuando se acabe la segunda se pide una tercera, y así sucesivamente, hasta que el especialista le diga que la interrumpan.
¿Qué pasa si se expone a mucho calor?
Cuando no está bien conservada la vacuna va perdiendo potencia. No se forman productos tóxicos y no perjudica al paciente. Es como si en vez de ponerse la dosis completa se pusiera menos dosis de la que corresponde, pero no se sabe cuánto menos. Si no está seguro del estado de la vacuna, consulte al especialista indicándole lo más exactamente posible dónde y cuánto tiempo ha estado la vacuna fuera de la nevera.
¿Existe alguna precaución para antes de vacunarse?
El paciente tiene que estar en buen estado de salud el día que se vacune. No debe vacunarse si está con fiebre, si tiene alguna enfermedad típica de la infancia como la varicela, o si tiene síntomas de asma (“pitos en el pecho”, dificultad respiratoria). En estos casos debe esperar hasta recuperarse antes de vacunarse. Si tiene síntomas catarrales leves puede vacunarse. Si tiene algunos síntomas con dudas (tos de posible asma) debe ser visto primero por su médico, quien decidirá si se puede vacunar.
¿Existe alguna precaución cuando se vacuna?
Se debe comprobar que la vacuna corresponde al nombre del paciente, que no está caducada, y que la dosis y frasco que se administra son los que le tocan. En las vacunas pinchadas, debe permanecer en el centro médico media horas tras vacunarse para vigilar por si aparece alguna reacción.
¿Existe alguna precaución para después de vacunarse?
Durante las 3-4 horas siguientes no deben hacerse actividades que aumentan la temperatura del cuerpo. Deben evitarse esfuerzos físicos intensos, baños en agua caliente, saunas, o exponerse mucho al sol en épocas de calor.
¿Causan reacciones las vacunas de la alergia?
Habitualmente no, pero ocasionalmente se pueden producir reacciones indeseables. Pueden ser de dos tipos: locales o generales. Las locales son las que se producen en el punto de administración de la vacuna: en la zona del pinchazo para las vacunas inyectadas, y en la boca para las sublinguales. Las reacciones generales son las que se producen a distancia del punto de administración.
¿Cuáles son las reacciones locales?
Las reacciones locales en el brazo consisten en enrojecimiento en la zona del pinchazo; el enrojecimiento aislado no tiene importancia. Además del enrojecimiento se puede producir una zona de inflamación, endurecida, como una bola. Las reacciones pueden aparecer en los primeros 20-30 minutos, o más tarde, incluso tras varias horas.
Las reacciones de endurecimiento se alivian poniendo una bolsa con hielo en la zona y, en caso necesario, tomando algún antihistamínico. Si el tamaño del endurecimiento es menor de 5 cm en niños o 7 cm en adultos, se dan como normales, y se sigue la vacunación según la pauta habitual. Si el tamaño es mayor puede ser necesario rebajar temporalmente la dosis.
Las reacciones locales con las vacunas sublinguales consisten en picor de la lengua. Suele ceder espontáneamente, aunque se puede usar un antihistamínico si el picor es molesto.
¿Cuánto hay que rebajar la dosis si es necesario?
La dosis que hay que rebajar la decide el personal médico. La mayoría de las veces la decidirán en su centro de Atención Primaria; si allí tienen dudas, debe consultar con su especialista. Para ello debe indicar exactamente el nombre de la vacuna, la dosis, el frasco y la fecha en la que se le administró por última vez.
Si la reacción local ocurre con la vacuna sublingual y es molesta repetidas veces, debe consultar con su especialista.
¿Cuáles son las reacciones generales?
Las reacciones generales son las de la enfermedad del paciente. Pueden ser de piel (urticaria y edema o inflamación) o respiratorias (tos, “pitos en el pecho”, dificultad respiratoria, o rinitis-conjuntivitis). Aparecen en los primeros 20-30 minutos; por eso el paciente debe esperar ese periodo en el centro médico.
Si aparecen, hay que dar el tratamiento correspondiente: antihistamínicos para la urticaria, la inflamación o la rinitis-conjuntivitis; broncodilatadores inhalados para los síntomas de asma. Si los síntomas son muy generalizados o severos, se debe administrar adrenalina, igual que con las reacciones con antibióticos, antiinflamatorios o cualquier otro medicamento.
Cuando ha aparecido alguna reacción general se debe interrumpir la vacunación y no ponérsela otra vez hasta que no lo haya consultado con el especialista.
¿Qué pasa si la vacuna de la alergia coincide con otra vacuna?
Conviene dejar algo de separación entre vacunas. Si se pone primero una vacuna antiinfecciosa del calendario vacunal normal, o la vacuna de la gripe, debe esperarse una semana antes de ponerse la vacuna de la alergia.
Si se pone primero la vacuna de la alergia, debe esperar 48 horas antes de ponerse una vacuna antiinfecciosa.
Si se pone dos vacunas de la alergia, debe dejar 48 horas de separación entre ellas.
Resumen de las vacunas de la alergia
Las vacunas de la alergia se usan para el asma, la rinitis, la conjuntivitis, la alergia a avispas o abejas y la alergia a látex. Se usan para superar una alergia ya presente, y que el paciente tolere la sustancia causante igual que las personas que nunca han tenido alergia. El especialista decide cuándo y frente a qué sustancias vacunar.
Algunas vacunas son inyectadas y otras se ponen debajo de la lengua. Las dosis e instrucciones vienen en las cajas. La duración habitual es de 3 a 5 años; el especialista indicará cuándo interrumpirlas. Son compatibles con otros tratamientos para la alergia, y con casi todos los tratamientos para enfermedades no alérgicas.
Dr. César Galvan Calle.